A pesar de su juventud, este joven británico, se ha convertido en el mejor piloto de drones del mundo. Gracias a su habilidad y destreza para pilotar estos dispositivos, se ha convertido en una personalidad importante en este deporte.
Se alzó con el título en Dubai el pasado febrero donde ganó un premio de 250.000 dólares y desde entonces no deja de atraer a las cámaras allá donde va. La última vez fue como anfitrión de Expodrónica, el evento de drones profesionales que se celebra en septiembre en Zaragoza.
¿Le agobia tanta expectación? “Qué va, está bien. Ya empiezo a acostumbrarme”, dice tranquilo vestido con la camiseta de su equipo. Aprendió jugando muy cerca de su casa. «Empecé hace dos años a pilotarlos y ahora siempre que puedo voy a volarlos a un parque que tengo cerca de casa para practicar», asegura Luke.
La causa por la que este adolescente de Reino Unido ha conseguido convertirse en el piloto de drones más rápido del mundo responde a una sola palabra: pasión. La pasión por volar y pasión por la tecnología que le permite volar. Luke monta y prepara al detalle cada dron con el que compite en las carreras. «Suelo cambiar muchísimo de dron y también cambio las partes que lo componen porque son lo más importante. Tienes que elegir un chasis la estructura del aparato y darle una configuración con la que te sientas cómodo para controlar el dron», explica. Es él quien elige tanto cada parte del aparato como la combinación. «Por ejemplo, en los motores me fijo en la potencia que tienen y en cuánto tiempo tardan en alcanzar determinada velocidad».
Combina este trabajo de piloto de drones con los estudios
Reconoce que pasa casi todo el día dedicándose al dron: volando, reparando, probando cosas nuevas o buscando información en Internet. «Es que con él me siento como si tuviera la libertad de volar como un pájaro. Puedes volar súper rápido, súper bajo, volar alto o volar entre árboles…». ¿El futuro? «Me gustaría ser piloto de grandes aviones o ingeniero. Lo que sea pero relacionado con volar. Ojalá esto se convierta en un trabajo del que pueda vivir».
Nadie le ha enseñado a manejar el dron. YouTube e Internet han sido sus profesores, han hecho solos el trabajo. «Tú te enseñas a ti mismo a volar. Empiezas a ver vídeos en YouTube, vas viendo cómo lo están haciendo los demás y vas aprendiendo los trucos», señala, aunque reconoce que llevaba mucho tiempo manejando pequeños aviones. Solo ha pasado año y medio desde que empezó a sentarse frente al ordenador a ver a profesionales pilotar. Ahora es él quien se ha convertido en el mejor de ellos.